El fenómeno blockchain: desde las finanzas al rock
Buenos ejemplos son el bitcoin y el Open Music Initiative, proyecto del BID para salvar a la industria con un mercado más transparente, justo y libre de intermediarios.
- T+
- T-
En el mundo de la desconfianza total, donde los consumidores consideran que las empresas siempre abordan sus bolsillos de manera inadecuada aparece el bullado blockchain, una tecnología que revoluciona la información social mediante sus diversos usos e implicancias. El mismísimo Adam Smith, antes de poner su atención en la riqueza de las naciones, soñó con explorar los intercambios sociales y económicos basados en la confianza. Pero no lo logró y pasaron muchos años antes de llegar a esta innovación, que hoy aborda desde el sector financiero hasta la industria de la música. Esta realidad está invadiendo el mundo, las personas, las finanzas y hasta el son del reggae de Jamaica, el rock y todas las melodías del mundo.
La nueva tecnología, que nació a partir del lenguaje SQL en los años ‘70, permite registrar datos, compartiendo cada cambio en el registro virtual con los demás participantes de la red. La aparición de las criptomonedas como el bitcoin, basadas en blockchain, esperan cambiar por completo la información social existente en el mundo.
En el sector financiero, el banco ICBC de Hong Kong bajó con esta tecnología sus comisiones de transferencias de dinero al 1%, lo que supone un ahorro gigante si sólo los emigrantes intercambiaron con sus familias US$ 450 mil millones durante 2017, según estimaciones del Banco Mundial.
Contratos musicales inteligentes
Al abordar la industria de la música, el blockchain espera ayudar a comercializar las creaciones, sin necesidad de utilizar engorrosos y mal remunerados contratos de licencia. Si un fan utiliza Spotify o iTunes, automáticamente se puede activar un contrato inteligente programado, que notifica y compensa a sus autores, productores y/o distribuidores.
Por su parte, el Banco Interamericano de Desarrollo, BID, creó el Open Music Initiative, OMI, que es un laboratorio de innovación de verano, organizado por Berklee College of Music, para encontrar un futuro sostenible sobre la base de esta tecnología. Para conocer a los artistas y sus necesidades invitaron a Boston a los músicos Daniel “Chino” Mc Gregor junto al jamaiquino Shawn Kalieba y Johann Chukcaree, de Trinidad y Tobago, quienes llegaron altamente motivados con la energía de salvar la industria.
El mercado mundial ha venido disminuyendo dramáticamente desde un valor de US$33.600 millones en 2004 hasta los US$4.500 millones en 2016.
“Los procesos para registrar la propiedad intelectual tienden a ser muy engorrosos y costosos para los artistas. Además, en el Caribe, la falta de tecnología y capacitación en monetización los convierte en obstáculos casi insuperables. Sólo el tiempo dirá si blockchain logrará todo lo que nos promete, salvando a la industria musical con un mercado más transparente, justo y libre de intermediarios”, explicó Ignacio de León, líder del equipo del BID.
Los tres músicos caribeños fueron parte de un grupo de 20 estudiantes de EEUU y del mundo que recibieron entrenamiento y experimentaron con aplicaciones construidas sobre blockchain, usando inteligencia artificial y guiados por una filosofía centrada en el usuario desarrollada por IDEO. Esta firma de diseño también forma parte de la iniciativa con el BID, abordando ambos una línea de desarrollo directa hacia la economía digital y las industrias creativas.
Otras Innovaciones
Entre la confianza social y las múltiples interacciones de mercado, se ha descubierto que blockchain hace posible en el sector industrial la trazabilidad total de un producto, desde que se fabrica hasta el consumidor final. Las empresas Airbus y Daimier han iniciado un proceso de seguimiento de las piezas durante todo su ciclo de vida.
En la industria de seguros, las empresas no requerirán de la enorme cantidad de empleados, sino que se utilizarán smart contracts autoejecutables ante cualquier factor asegurable.
Blockchain es un fenómeno global, con potencial disruptivo casi infinito, que también ha cruzado a los inversionistas, quienes ya utilizan esta plataforma para sus capitales de riesgo.